jueves, 2 de junio de 2011

España 15M: Un movimiento revolucionario necesita un programa revolucionario


Por Jesús Béjar*
29 de mayo de 2011


Acabo de leer las medidas propuestas por la “asamblea del 15M” para la regeneración de la vida política. Debo decir que como casi todo el mundo estoy gratamente sorprendido de que sectores muy importantes de la juventud y de los trabajadores se hayan lanzado a la calle. Es impresionante la solidaridad que han despertado, sobre todo en la Puerta del Sol de Madrid. Los jóvenes están dando una lección de comportamiento, de compromiso, de militancia, de interés por la política y por su futuro. No son los pasotas que todos creían y que no se preocupaban de nada.

Pero me sorprenden las unanimidades. Cuando veo que desde gente de derechas, hasta los responsables de lo que está pasando (partidos y sindicatos) pasando por medios de comunicación propiedad de las grandes fortunas hablan bien del 15 M… me entran las dudas. En la lucha de clases estas unanimidades significan que o algo se está haciendo mal o hay mucho cínico en nuestro país…porque no podemos creernos que se hayan vuelto revolucionarios todos de golpe.

Y es verdad que la propia indefinición, a veces contradicciones, entre lo que se aprueba y lo que se dice a partir de las asambleas   hace que por un lado este movimiento acoja a cualquier tipo de gente, pero al mismo tiempo la indefinición puede ser la muerte de este movimiento.

¿Qué pide el 15 M? ¿Democracia real? Eso está bien porque realmente esta consigna concentra las aspiraciones de la mayoría. ¿Pero cómo se  consigue? ¿Qué es democracia real?

También he leído que los electos estén por encima de los “mercados” y no al revés como pasa ahora. Las intenciones son las mejores pero, o se concretan estas reivindicaciones o no se llegará a ningún lado. Según preguntes a unos u otros esto es un movimiento anticapitalista, o es un apéndice del sistema. Las asambleas debaten y decide pero no siempre está la misma gente y no puede ser que cada día se modifique el programa.

Un programa claro, elemental. Un programa revolucionario para un movimiento revolucionario

El movimiento del 15M no puede convertirse en un partido que tiene posición sobre cualquier aspecto. Y además es imposible porque la pluralidad de gente que participa en este movimiento le haría romperse si se quiere estar de acuerdo en todo. Es necesario dotarse de un programa claro y concreto con 4 ó 5 medidas.

Por ejemplo, si se habla de democracia hay que plantear el tema de ley electoral, pero también el de qué Cortes y el de qué régimen. ¿Hay democracia en un estado que elige a su jefe por razón de la herencia? ¿Es posible democracia cuando se está sometido a lo que diga la UE y el FMI? No hay soberanía sometidos a estos organismos. Por lo tanto, el problema no es tanto si las listas son abiertas o si hay ley de D´Hont o circunscripción electoral única porque si nos quedamos en esas reformas los partidos pequeños estatales tendrán más representación pero no se va a solucionar ningún problema mientras los que mandan sigan siendo los que no se presentan a elecciones.

Si hablamos del derecho a la vivienda o de las inversiones para crear empleo. ¿Es posible hacer esto sin nacionalizar la banca que posee dos millones de viviendas y el suelo para muchas más? ¿Es posible que haya viviendas baratas y de alquiler sin municipalizar el suelo? ¿Se arregla el problema de la democracia económica sin romper con la Unión Europea?

En tercer lugar hay que retirar todos los ataques sociales que además de injustos se han mostrado ineficaces para acabar con el desempleo. Retirada de la reforma laboral, que no se apruebe el recorte de pensiones firmado en el Acuerdo social económico (ASE) por los dirigentes de las centrales sindicales Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadores (UGT) con patronal y gobierno. Exijamos a los sindicatos que retiren su apoyo a estas medidas y que se opongan a la reforma de la negociación colectiva. Que se prohíban los despidos, no sólo en empresas con beneficios, que se pare ya la sangría de puestos de trabajo. Que haya subsidio para todos los desempleados hasta que se les ofrezca trabajo o puedan encontrarlo por sus medios. Esta es la preocupación de una serie, importante, de afiliados de CCOO y UGT que han constituido la plataforma de sindicalistas contra el ASE. O sea que hay vida dentro de los sindicatos y no todo el mundo coincide con lo que hacen los dirigentes Toxo y Méndez.

Si hay algún eje que han tomado todos los movimientos revolucionarios ha sido la lucha contra la guerra. Hay que exigir, no el recorte de gastos militares que está bien, sino la vuelta de tropas y que las bases españolas no sean empleadas para atacar a países como Libia. Que cese la ocupación de Irak, Afganistán, los Balcanes, etc.
Y por el derecho al estudio y a la educación la exigencia de un estado laico, con todo lo que supone de separación de la iglesia y el estado, que el proselitismo religioso salga de la escuela, que los fondos públicos se destinen a la enseñanza pública y se dé marcha atrás con el llamado proceso de Bolonia.

Estos puntos no son el programa de ningún partido. Es la suma de las reivindicaciones históricas, y otras más recientes de los de abajo, de los trabajadores y de los estudiantes.

¿El movimiento obrero ausente?
Los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, no aparecen en este movimiento porque están metidos en el llamado Diálogo Social. O sea firmando y acatando las órdenes que llegan de las instituciones financieras contra los que se movilizan los jóvenes. Buscando el mal menor. No obstante en un ejercicio de cinismo CCOO de Madrid viene a decir que esto es lo que más o menos había dicho en la manifestación del 1º de Mayo, con una pobrísima asistencia, cuando su secretario general llamó a la juventud a indignarse. Toxo viene a señalar que no sabe cómo estos jóvenes dicen que los sindicatos no les representan.

Pero por otra parte, algunos de los que dirigen este movimiento lejos de pedir a los sindicatos que les apoyen, que se sumen a sus reivindicaciones y que se haga la unidad entre juventud y trabajadores, fomentan la división.

¿Qué revolución es esta sin movimiento obrero? ¿Qué clase social puede conseguir y gestionar las reivindicaciones de toda la sociedad? El dilema es si se constituye un movimiento revolucionario que incluya a la juventud y a la clase obrera o se constituye una suerte de feria alternativa y postmodernista que diluye el conflicto de clases y da acogida a cualquier tipo de expresión social menos a los trabajadores y sus organizaciones.

Por la democracia real dentro del 15 M también.
Para terminar hay que acabar con los prejuicios políticos. ¿Qué significa ser apolíticos o asindicales? Según el diccionario de la lengua (RAE 22ª. edición) apolítico es el ajeno a la política. ¿Es este movimiento ajeno a la política? Si se quiere mostrar el rechazo a los partidos que gobiernan o están en las Cortes o a los dirigentes sindicales, se pueden utilizar otros términos pero el término apolítico, por muy buena intención que tenga su utilización en este caso, es absolutamente reaccionario. Los partidos y sindicatos han sido levantados por los trabajadores y si no se trata este tema bien podemos terminar coincidiendo con los fachas. ¿Cómo se puede consentir que se exija retirar banderas? ¿o que se repartan volantes?

Por ejemplo en la manifestación de Sevilla del día 29 de Mayo se obligó a retirar una bandera republicana. No es la posición de la mayoría. Es la posición de unos cuantos que con el pretexto de que no se maneje nada, manejan lo que les viene en gana llegando a limitar la libertad de expresión ¿Qué democracia es la que no permite expresarse a partidos y luego vemos que algunos, bien organizados, manejan a su antojo con asambleas interminables, órdenes del día cerrados de antemano o representantes auto elegidos?

A lo que hay que oponerse sin duda es a la política que han hecho hasta ahora los partidos mayoritarios. Al intento de manejar este movimiento. No se gana nada con impedir hablar o abuchear a los que hablan como miembros de sindicatos o partidos. Libertad de expresión pero no debate eterno. Las asambleas deben decidir libremente y votar todas las propuestas y los representantes que se nombren deben ser elegidos y revocables en todo momento. Está claro que no todo el mundo dice estas cosas pero hay algunos que se niegan a que aparezcan los partidos cuando algunos de ellos son de partidos y otras organizaciones y organizan y manejan lo que pueden en nombre de lo contrario. Luz y taquígrafos, es la única solución y libertad de expresión total. Por esto hay que combatir en las asambleas.

A partir de ahí extender, como se ha hecho este fin de semana, a los barrios y pueblos este movimiento para debatir sobre las propuestas, no sólo sobre la organización,  y coordinar todas las asambleas para lo que sería necesario una reunión estatal y una manifestación en Madrid para exigir la democracia real (o mejor republicana).


*Jesús Béjar Sánchez, sindicalista de CCOO, militante de la Cuarta Internacional e impulsor de la plataforma de sindicalistas contra el ASE (Acuerdo social y económico)

sábado, 2 de abril de 2011

DECLARACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA NACIONAL DE TRABAJADORES Y DEL PUEBLO ANTE LA CONTRARREFORMA LABORAL

Ante las iniciativas de reforma laboral presentadas en las cámaras legislativas por el PRI, el PAN y otros partidos, la Organización Política Nacional de Trabajadores y del Pueblo, manifiesta:


La aprobación de la contrarreforma laboral, sería un golpe destructor de la clase trabajadora, como clase con derechos y prestaciones.


¡Todo está en peligro!: Estabilidad en el empleo, contratación colectiva, sindicatos, pensión, salario, derecho de la juventud a un porvenir, los logros escasos de la mujer trabajadora. Pretenden dar un marco jurídico a las violaciones que ya suceden en las relaciones laborales.


Demandamos que se respeten los derechos laborales consagrados en la Constitución y en los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).


Con el telón de fondo de la violencia que sufre la nación, el PRI, el PAN, las cámaras empresariales, las empresas imperialistas, el gobierno de Calderón, quieren proseguir su negra labor de destruir las estructuras que le dan vida a la nación, ayer las pensiones solidarias, ahora, derechos laborales de alcance nacional que son la carne y los huesos de la clase obrera y de la nación. Las propuestas de esos partidos son:


1.

Destruir la estabilidad en el empleo y permitir el libre despido “sin responsabilidad para el patrón”, al crear contratos a prueba, de capacitación y temporales o labores discontinuas.
2.

Legalizar la subcontratación. Los patrones no pagan las obligaciones laborales y a fin de cuentas, tampoco las pagan los contratistas.
3.

Los trabajadores subcontratados son convertidos por el capital en parias dentro de su propia clase, utilizados contra los que tienen plaza. No se les permite ninguna cohesión ya que se les niegan los contratos colectivos, los sindicatos. El despido está siempre latente. Trabajan hasta 16 horas por tan solo 4400 pesos mensuales como sucede en el Instituto Politécnico Nacional.


4.

En materia salarial, pretenden imponer “el salario vinculado a la productividad”, es decir, el salario vinculado a más horas de trabajo, a trabajo los fines de semana, sin pago extra, al enfrentamiento entre trabajadores por las migajas de “la productividad”. En esencia, desaparece el salario y se sustituye por “bonos”, “comisiones”, etc., al arbitrio del patrón.
5.

Liquidar el principio de los contratos colectivos: “salario igual a trabajo igual”.
6.

Suprimir la esencia de la contratación colectiva y forzar a los sindicatos a aceptar un nuevo tipo de contrato ya que, dicen: “No producirá efectos de contrato colectivo el convenio al que le falten las … las bases conforme a las cuales las partes pretenden elevar la productividad” (es decir, la explotación).
7.

Obligar a los dirigentes sindicales a formar parte de organismos corporativos como los comités de productividad y capacitación, formados por patrones, funcionarios gubernamentales y representantes sindicales, y dependientes de la secretaría del Trabajo, que tendrían como funciones “Estudiar y proponer mecanismos y nuevas formas de remuneración que vinculen los salarios a los beneficios de la productividad (…), vigilar, instrumentar, operar y mejorar los programas de capacitación, proponer cambios en la maquinaria, los equipos, la organización del trabajo y las relaciones laborales” (sic).
8.

Imponer la polivalencia (“multihabilidades”) nuevamente contra los contratos colectivos.
9.

Los contratos colectivos de trabajo podrán ser modificados por “comisiones”, ya que se pueden ampliar tareas, cambiar días de descanso y horas de trabajo contenidos en los contratos, en función de las necesidades del patrón.
10.

Prohíbir la creación y existencia de sindicatos gremiales.


11.

Prácticamente, legalizan todas las agresiones que en materia laboral ya sufre la juventud, los hijos e hijas de los trabajadores: propician las renuncias en blanco, los contratos a prueba, por horas, los “turnos quebrados”,…
12.

Millones de nuestros jóvenes al llegar a la edad de retiro, trabajarán muchos más años que nosotros y no tendrán derecho a pensión (por la incrementada rotación del empleo). Otros muchos millones, vivirán de la caridad pública o privada porque solo alcancen la pensión mínima garantizada
13.

Perjudicar aún más a las mujeres trabajadoras, al aprovecharse de sus condiciones de vida (falta de centros infantiles, por ejemplo), para arrastrarlas a la subcontratación y a los contratos precarios de trabajo.


Las iniciativas de ley del PRI y el PAN son similares, obedecen a los mismos intereses, es decir, al “Consenso de Washington”, a las orientaciones trazadas por el FMI, el Banco Mundial, el BID y la OCDE.

El retorno a la barbarie planteado por el PRI y el PAN, es posible porque las instituciones del régimen son contrarias a la democracia, absolutamente entregadas a los intereses de las empresas imperialistas y a la subordinada oligarquía local.

En esa situación, llamamos a los dirigentes del PRD a retirar su propuesta de iniciativa de reforma laboral, por considerar que en estos momentos sólo puede abonar a la confusión en las filas de los trabadores.

La OPN considera que sí es posible reunir una gran fuerza nacional que logre el RETIRO DE LA CONTRARREFORMA.

La OPN propone a los dirigentes sindicales, en especial a los convocantes a la gran manifestación del 31 de marzo, a que llamen a una JORNADA EN TODA LA NACIÓN por el retiro de la iniciativa, que se puede realizar cuando se pretenda aprobar la contrarreforma, tomando en cuenta que surgió en Morelia el 18 de marzo una iniciativa de esta naturaleza, en las intervenciones de los dirigentes sindicales Martín Esparza (SME), Jorge Cázares (Sección 18, SNTE-CNTE) y Napoleón Gómez Urrutia (Mineros), en la primera asamblea regional del Pacto Minero-Electricista.

Como militantes de la OPN de trabajadores y el pueblo estamos comprometidos en dar esta lucha en todos los centros de trabajo, instancias sindicales, organizaciones sociales en las cuales intervenimos.


¡Retiro de la contrarreforma laboral!

¡Reinstalación de electricistas y trabajadores de Mexicana! ¡Solución a las huelgas de los mineros! ¡Libertad a Miguel Márquez Ríos, preso político del SME!

¡La defensa de los contratos colectivos, de la estabilidad en el empleo, del salario, es la defensa de la clase trabajadora y de la nación!

¡Ningún derecho es negociable!

Comisión organizadora y promotora de la Organización Política Nacional de Trabajadores y del Pueblo

Ciudad de México, 26 de marzo de 2011.

Declaracion de la OPN sobre Libia

¡Alto a la intervención militar contra Libia!
¡Alto a los bombardeos!
¡Por el derecho de los pueblos a la libre autodeterminación!
¡Fuera de África los ejércitos de OTAN, ONU, Unión Europea!


La Organización Política Nacional de Trabajadores y el Pueblo (OPN), condena la intervención militar que llevan a cabo las fuerzas militares de EU y países de la Unión Europea contra Libia. Por lo tanto, condena, la resolución 1973 del consejo de seguridad de la ONU del 17 de marzo.

El pretexto de la "intervención humanitaria" para "proteger a la población civil", ¡es pura hipocresía! ¿Quiénes difunden ese pretexto? Son los mismos que suministraron armas a Kadafi, los que todavía ayer dieron la bienvenida a Kadafi como un "socio respetable" en la "guerra de Bush contra el terrorismo" porque llevaba a cabo la privatización de los recursos petroleros libios.

El consejo de seguridad de la ONU, mientras patrocina el ataque al pueblo libio deja pasar tanto la sangrienta ocupación de Bahréin por fuerzas de Arabia Saudita, como la sangrienta represión emprendida por las dictaduras de Yemen y Siria.

Los que se lanzan a la intervención militar en Libia, son los mismos que ayer invadieron Afganistán e Irak y hoy mantienen una sangrienta ocupación de esos países.

La intervención en Libia tiene como objetivos: contener la movilización revolucionaria de la clase obrera y los pueblos de Túnez y Egipto, continuar la guerra contra el pueblo palestino y controlar las riquezas petroleras de aquella nación. A la vez, es una amenaza contra los pueblos y los trabajadores que en todo el mundo defienden la soberanía de sus naciones, que luchan contra las privatizaciones y las contrarreformas laborales y sociales.

El gobierno mexicano, en el comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores del 20 de marzo, se limita hipócritamente a exhortar "a todas las partes a respetar plenamente el derecho internacional humanitario", de esa manera, el gobierno cubre la intervención imperial y la negación del derecho del pueblo libio a la autodeterminación.

Nuestro país sufre el acoso del imperialismo estadounidense y de sus empresas multinacionales, en una escala sin precedentes: Por un lado, en el marco del Plan Mérida, introducción de armas, vuelos de aviones espía, intervención descarada de agencias policiacas y militares, por otro lado, contrarreforma laboral, concesiones en materia de electricidad, minería y petróleo, extinción de empresas nacionales, etc.

Al defender el derecho a la autodeterminación del pueblo libio y los pueblos del norte de África y Oriente Medio, nos pronunciamos por la defensa de la soberanía nacional y declaramos que solo la movilización unificada de todas las organizaciones sindicales, campesinas, sociales, que se manifiestan en defensa de la soberanía nacional, puede detener las acciones contra los pueblos y contra nuestro pueblo.

¡Alto a la intervención militar contra Libia!
¡Alto a los bombardeos!
¡Por el derecho de los pueblos a la libre autodeterminación!
¡Fuera de África los ejércitos de OTAN, ONU, Unión Europea!

Comisión promotora y organizadora de la Organización política nacional de trabajadores y el pueblo.

viernes, 25 de marzo de 2011

¡No toquen a Libia, Túnez, Egipto! Declaracion de la OST

¡Cese inmediato de la intervención militar contra Libia! 
¡Retiro de todas las tropas extranjeras! 
¡No a los bombardeos!
¡Por el derecho de los pueblos a la autodeterminación! 
¡No toquen a Libia, Túnez, Egipto! 
¡No hagan nada contra la soberanía de las naciones de la región! 
¡Fuera de África los ejércitos de la OTAN, ONU, Unión Europea!

21 de marzo de 2011


 La Organización Socialista de Trabajadores (sección mexicana de la Cuarta Internacional) condena la intervención militar contra Libia encabezada por el gobierno imperialista de EU, y en consecuencia, la resolución 1973 del consejo de seguridad de Naciones Unidas, aprobada el 17 de marzo. Como se ve, es una resolución que abre la puerta a una peligrosa escalada militar, que en primer lugar golpea al pueblo libio y empeora la situación de dicho pueblo, y en segundo lugar, constituye una amenaza contra las revoluciones en Túnez y Egipto.

Es deber de todas las organizaciones de los trabajadores, de todos los partidarios del derecho de autodeterminación de los pueblos, pronunciarse contra este atropello de las potencias imperialistas que nada tiene que ver con la defensa del pueblo libio, sino con los planes imperialistas para impedir que la revolución obrera iniciada en Túnez y Egipto se extienda. Hay que movilizar todas las fuerzas para detener esa intervención.

Mientras patrocina el ataque al pueblo libio, el Consejo de Seguridad de la ONU deja pasar tanto la sangrienta ocupación de Bahréin por fuerzas de Arabia Saudita, aplastando el levantamiento popular, como las matanzas de la dictadura de Yemen.

El Consejo de Seguridad, que desde hace 54 años ampara el genocidio del pueblo palestino, que avala la destrucción de Irak y Afganistán por las fuerzas estadunidenses y aliadas, da luz verde para que Estados Unidos, los gobiernos de la Unión Europea y demás comparsas, hagan lo mismo en Libia. El Consejo de Seguridad, cueva de bandidos, ha esperado a que la matanza esté garantizada y el país dividido, para intervenir en Libia y controlar los pozos petroleros en beneficio de las multinacionales.

Aprovechan la crisis del brutal régimen de Gadafi, hasta ahora agente imperialista, para intervenir amenazando a las revoluciones de Túnez y de Egipto, a los trabajadores y pueblos de la región. Para lanzar una advertencia a los trabajadores que en Europa y en el mundo buscan organizarse contra la destrucción de los derechos laborales, las empresas y los servicios del sector público.

El gobierno mexicano, en el comunicado de la Secretaría de relaciones Exteriores del 20 de marzo, se limita hipócritamente, a “exhorta a todas las partes a respetar plenamente el derecho internacional humanitario”. (¡).

Nuestro país sufre el acoso del imperialismo estadunidense y de sus empresas multinacionales, en una escala sin precedente: Por un lado, introducción de armas, vuelos de aviones espías, intervención descarada de agencias militares y policiacas, y por otro lado, concesiones en materias de electricidad y de petróleos, contrarreforma laboral,...

Por ello, al defender la soberanía del pueblo libio, al exigir la no intervención en Libia, Túnez, Egipto, Barhein,…, exigimos la plena vigencia de la soberanía nacional de nuestra nación, y declaramos que sólo la unidad y movilización de todas las organizaciones sindicales y campesinas, y de las que se manifiestan por la soberanía nacional, podrán contribuir a detener estas acciones contra los pueblos.


Organización Socialista de Trabajadores (Sección mexicana de la Cuarta Internacional)
eltrabajo@gmail.com

lunes, 21 de marzo de 2011

ESPAÑA: ¡Alto a la intervención imperialista contra el pueblo libio!

¡Que vuelvan los aviones y buques españoles!

El Presidente del Gobierno compromete la participación española en la intervención militar contra Libia: “he solicitado al Congreso de los Diputados la autorización prevista para el papel que han de jugar nuestras Fuerzas Armadas en esta operación”. Y sin esperar “he dispuesto la participación de medios navales y aéreos de nuestras Fuerzas Armadas en el dispositivo que se ponga en marcha para asegurar el cumplimiento efectivo de la Resolución de Naciones Unidas, y he autorizado el uso de las bases españolas por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos de América”.

Zapatero hace poco sacó el ejército para romper el convenio de los controladores aéreos, preparando la actual reforma de la negociación colectiva. Ahora, renegando de haber traído las tropas de Iraq, emprende una nueva agresión, al mando de los Estados Unidos. Gadafi es sólo el pretexto, como antes lo fue Sadam.

Es deber de todas las organizaciones levantadas por los trabajadores, de todos los partidarios del derecho de autodeterminación de los pueblos, pronunciarse contra este atropello de las potencias imperialistas que nada tiene que ver con la defensa del pueblo libio,

domingo, 20 de marzo de 2011

Fuera manos de Libia

Libia: Comunicado del Secretariado del POI ( Francia)


El Partido Obrero Independiente condena la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas N º 1973, adoptada el jueves, 17 de marzo preparando el terreno para una escalada militar peligrosa en la que el pueblo libio será la principal víctima y que puede agravar el terrible situación en la que está inmerso. Esta escalada militar es una amenaza contra todas las naciones de la región, en particular contra las revoluciones en Túnez y Egipto.


Este viernes, 18 de marzo dice la prensa: "El presidente Barack Obama llamó a Nicolas Sarkozy y el primer ministro británico, David Cameron, para coordinar una estrategia. La Unión Europea está dispuesta a "implementar" la resolución dentro de los límites de sus competencias. El tema estará en la agenda de una reunión de ministros de Relaciones Exteriores prevista para el lunes en Bruselas, a continuación, una cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno prevista el jueves y viernes. En la OTAN, los representantes de 28 Estados miembros se reunirán el viernes para decidir las medidas para ejecutar la resolución de la ONU. "


La Liga Árabe (con la excepción de Argelia y Siria, que se opuso) también han aprovechado estya situacion. En respuesta a una petición, Arabia Saudita, cuyo ejército está implicado en Bahrein, ha desencadenado una represión salvaje contra la población.


El pretexto de la "intervención humanitaria" para "proteger a los civiles" es pura hipocresía. ¡quienes invocan esre pretexto? Las mismas persoans que proveyeron de arsenal militar a Gaddafi, la misma gente que ayer dio la bienvenida a Gaddafi como un "socio respetable" en la "guerra contra el terrorismo" de Bush y cuando se privatizó el petróleo libio.


El Partido Obrero Independiente comparte las declaraciones del comunicado del 5 de marzo de 2011 del Acuerdon Internacional de los Trabajadores y los Pueblos, quienes mencionan: "La misma gente que ayer impulsaron las invasiones de Afganistán e Irak que están llevando a cabo una ocupación asesina, llaman a la acción militar contra Libia. Esta intervención no sólo se volvió contra el pueblo libio, sino también contra las revoluciones en Túnez y Egipto. Dando un paso contra la soberania de todas las naciones de la región, dando un paso más del establecimiento del dispositivo de AFRICOM (mando unificado para coordinar todas las actividades militares y de seguridad de los Estados Unidos en este continente).


Esta ofnesiva es en contra de todos los pueblos y todos los trabajadores, incluyendo los de Europa y los Estados Unidos que se oponen a la privatización, a las contra-reformas impuestas por el FMI y la Unión Europea, al cuestionamiento de la soberanía nacional.


Cualquier organización que se reivindique de la clase obrera, la democracia y el derecho de los pueblos a la libre determinación que no puede -bajo ningun pretexto - apoyar la intervención y estar dispuestos a ponerse bajo la bandera de los gobiernos estadounidenses, británicos, franceses y renegar a la luz de los echos, los principios que dicen encarnar.


El POI, en estas horas dificiles para el pueblo de Libia, considera que siguiendo la tradicion del movimiento obrero y su lucha contra la intervención militar, en este caso dictada con el unico interes de apoderarse del petroleo, nos manifestamos en contra de la intervencion del gobierno de Francia, Reino Unido y EE.UU., la OTAN, de las Naciones Unidas y la Unión Europea.


¡Cese inmediato de la acción militar contra Libia!

¡ Retirada de todas las tropas extranjeras! No mas bombardeos!

¡ Derecho de los pueblos a la libre determinación!

-¡Fuera las manos de Libia, Túnez, Egipto!

¡ Defensa de la soberanía de todas las naciones de la región!

¡ Fuera tropas extranjeras, fuera la OTAN, la ONU, FMI, fuera la Unión Europea de África del Norte!


Jenet Claude, Markun Juan, Gerard Schivardi, Gluckstein Daniel,

secretarios nacionales del Partido Obrero Independiente ( Francia)

jueves, 17 de marzo de 2011

Declaración de la IV Internacional El alcance internacional de la actual revolución proletaria de Túnez

 
La revolución que ha empezado en Túnez y que se profundiza sin cesar es una auténtica revolución proletaria. Una juventud precarizada y en paro, trabajadores, campesinos y otras capas de la sociedad tunecina se han puesto en movimiento con la consigna: “¡Agua, pan, y no Ben Alí!”. Así se enlazan en una misma consigna las exigencias de la democracia y las reivindicaciones sociales y obreras contra un régimen enfeudado al imperialismo, que tenía la tarea de garantizar la “estabilidad” de la explotación de las masas tunecinas mediante el acuerdo de asociación con la Unión Europea y los planes de ajuste estructural del FMI. Dentro de ese movimiento, los trabajadores ocupan una posición central. Con un mismo impulso, buscan reapropiarse su organización histórica, la UGTT, que ha sido el principal vector de esta movilización masiva del pueblo trabajador tunecino y constituir sus comités de defensa de la revolución, en el centro de los cuales se hallan los jóvenes y los sindicalistas.

Sólo la clase obrera, apoyándose en su organización histórica, es capaz de reunir a la nación contra el imperialismo y sus lacayos. Los comités constituidos no han resuelto aún el problema de su centralización a escala nacional. Pero perfilan ya las formas de un poder independiente que representa los intereses de los oprimidos y de los explotados. En cierto modo, se levantan como un posible doble poder frente a las instituciones del régimen que las masas buscan desmantelar y el imperialismo norteamericano y la UE tratan de proteger so capa de ‘transición democrática’.

Por ser una revolución obrera, que se enfrenta a un régimen enfeudado al imperialismo –es decir, al régimen agonizante de propiedad privada de los medios de producción, el movimiento revolucionario de las masas choca frontalmente con la dominación imperialista que, por el contrario, busca por todos los medios preservar los regímenes a ella enfeudados.

Sólo las masas pueden abrir una salida frente a la barbarie
Con razón, el gobierno Obama, el gobierno francés, la Unión Europea y sus agentes en Túnez se alarman por el intento de las masas obreras y campesinas tunecinas de tomar en sus manos su propio destino:
“El caos amenaza en Túnez, los soviets se construyen en las fábricas”. ( Les Echos, 7de marzo de 2011).

El imperialismo llama “caos” a la soberanía popular y nacional, a la democracia. Durante semanas y semanas, sostenido por el imperialismo y los partidos llamados de oposición, el gobierno tunecino encargado de garantizar la continuidad del regimenes opuso a la exigencia de Asamblea Constituyente, reclamada por todo un pueblo, oponiendo a ella la perspectiva de elecciones presidenciales, es decir, de mantener el régimen “renovándolo”